Otra vida
Se me ocurre que puede ser una tarde cualquiera, la tarde de un sábado cualquiera como este. Sin grandes cosas que hacer, sin grandes trabajos por delante. Tarde relajada teniendo en el pensamiento a mi gente, mi familia y mis seres queridos. Es triste que no siempre podamos tenerlos a nuestro lado, pero una llamada de teléfono nos acerca a ellos durante un ratito. A veces es cierto aquel refrán que dice "Ojos que no ven corazón que no siente". Que pena da encontrar siempre el ambiente lleno de voces, de enfermedad y de demencia. Porque demencial es que tengan que soportar los gritos y malos modos de una persona enferma que por desgracia tiene que estar con ellos. En lugar de sentirlos afortunados por estar acompañados, a veces te preguntas si tienen derecho de soportar semejantes trifulcas y voces un día sí y al otro también.
Por otra parte penoso es tener a otro abuelo cercano y sentirlo más lejos aún por su egoísmo. No soy su hija pero me da pena en muchas ocasiones. Y si no les duele a sus hijos, ¿porqué tiene que dolerme a mí?. Creo que nunca merecí el comportamiento que nos dieron. Y si tan malas acciones cree que pudimos hacer, o tan mala opinión podemos causarle, tiene lo que se merece, o tal vez lo que siempre deseó. Allá él y su soledad, quien sabe si buscada. Yo le deseo que tenga su conciencia tan tranquila como tengo yo la mía. Y a la gente tóxica nada mejor que tenerla apartada de tu vida.
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