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DESTELLOS de vida

EL CLUB DE MIS 15 AÑOS

Mi memoria está ya digamos un poco debilucha pero recuerdo perfectamente mis 15 años y aquel verano mágico. Ël tenía 17 y pertenecía como no podía ser de otra forma  a la pandilla, pero eran otros tiempos y otras circunstancias aquellas de entonces. Supongo que hoy día cuando alguien te gusta , sea chico o chica, las cosas se comentan y se dicen sin más. Entonces no ocurría así. El pueblo ya sabeis que es una sociedad demasiado cerrada y determinados comportamientos no estaban bien vistos ni siquiera entre tus amigos. Y no digamos entre la gente mayor, y la famosa frase “ese o esa  no es de tu clase”. ¡ Qué os voy a contar que vosotros no sepais mejor que yo ¡

Pues bien, recuerdo que las pandillas de amigos mayores lograron abrir el famoso Club “JAS” , en un edificio en la parte baja del Centro parroquial, al lado del pozo que nombra Julián. Yo recuerdo que a ese local ya íbamos las chicas algunos domingos de invierno por las tardes, a una especie de sesiones de convivencias y charlas tipo catequesis . Recuerdo también que en alguna ocasión(supongo que alguna festividad o fecha señalada nos daban  chocolate, o algo así) Si no me falla la memoria las chicas íbamos primero tal vez al rosario a la Iglesia y después es cuando nos llevaban allí al Centro. Yo creo que jugábamos y nos enseñaban canciones y eso. Concretamente al local donde luego abrieron el Club. Bueno a mí me suena algo de Acción Católica o algo así pero no estoy muy segura porque yo iba con mis hermanas mayores y no recuerdo mucho, la verdad.

Bueno pues aquel famoso Club sirvió para muchas cosas. En primer lugar la juventud tenía un lugar donde poder reunirse y hablar, lejos de miradas curiosas. Y era donde se podía escuchar algo de música. No creais que íbamos a los bares todos juntos como ahora, ni mucho menos. Allí en aquel entonces no existía la famosa discoteca que se abrió después, ni nada de nada para los jóvenes. Sólo en fiestas y algunos domingos  íbamos a los bares. Recuerdo el bar de Cente y Lute (creo que se llamaba así la mujer, pero no me hagais mucho caso) . Ibamos allí toda la chiquillería y como había poca gente mayor estábamos muy bien. Recuerdo la famosa escalera de subida, bastante peligrosa por cierto. Y la gente un poco animada, en esos días de fiesta. En fin allí parecíamos estar con un poco  más de  libertad.  Y siguiendo con el relato, la gente joven los domingos, y los veranos,  lo que hacíamos era pasear por la carretera fundamentalmente. Y sentarnos a contar chistes y comer pipas en las cunetas. No hacíamos mucho más. Y pensar que por las noches sobre todo nos reñían las personas mayores que por allí vivían....(Qué cosas...) Por las tardes durante la semana ir al río Tormes a bañarnos, andando casi siempre. Empezaba a verse algún aparato de música entre algún amigo, pero vamos era algo excepcional. Yo creo que la única música que se escuchaba por entonces era la que ponía la radio y poco más. Y las orquestas de las fiestas en verano en la plaza y en octubre en el Salón de tío Julio.

Bueno pues aquí los hermanos mayores lograron abrir el famoso Club, y les debió de costar, no creais.  Eran casi todos estudiantes por Salamanca y entre todos pusieron unos dineros y se compró todo el material : un tocadiscos, los discos de vinilo, las luces de colores, los altavoces...etc,etc,etc. Por cierto no sé qué fue de todo aquello cuando nos cerraron el club, porque ya sabeis que lo bueno dura poco. Y allí estaban las autoridades locales de entonces. Cada socio pagaba su dinero, y  tenía su carnet, con su número y su nombre. Era todo de lo más legal. La música extraordinaria : allí descubrí a Bob Dylan, con su “Hurricane”, por ejemplo. Imaginaos con 15 años. En plena edad del pavo. Aquella casa tenía como dos o tres estancias distintas : a saber, la cocina, donde se ponía la música, al fondo a la izquierda si mal no recuerdo. Otra habitación a la entrada a la izquierda, donde solíamos charlar y eso, y otra habitación a la derecha según se entraba que era donde bailábamos. Aquí había una ventana que estaba casi siempre abierta para poder respirar, (hablo del verano, claro) y como salía la música mucha gente salíamos afuera al patio aquel  delante del pozo a bailar,  porque dentro hacía mucho calor. Allí también aparecían a veces los más pequeños que no podían entrar al club, y por allí o bailaban también, o husmeaban entre los hermanos mayores, a ver de qué podían enterarse.  Allí fue donde animados por algunas canciones lentas y bailando un poco en la semioscuridad  y con el anonimato de la juventud y  los amigos fuimos descubriéndonos unos a otros, porque hasta entonces las relaciones entre nosotros eran muy superficiales. Y así surgieron muchas de las parejas actuales y otras que simplemente empezaron pero no cuajaron. Fueron los primeros años de relaciones digamos un poco más normales con el otro género, de charlas, de tertulias muy agradables, comentando algunos  la situación política de entonces, la música nueva que empezábamos a descubrir, las libertades recién estrenadas....etc. y como no,  las novedades del lugar. Pero aquella cotidianeidad no gustaba demasiado a la gente mayor como digo, y aquello les debía de  parecer peligroso y tras muchos avatares de aperturas y cierres, finalmente aquello acabó por cerrarse.

Yo sobre todo recuerdo aquel maravilloso verano, donde descubrí a mis amigos, donde bailé como una loca y me lo pasé fenomenal. Y supongo que nadie me creerá si le digo que aquel chico del cual me enamoré bailando por allí, nunca llegó casi ni a enterarse de nada, y por supuesto entre nosotros no hubo ni un solo roce. Lo digo por aquello del peligro que decían las malas lenguas que entrañaba el “ infecto garito”.

Bueno amigos, y eso era más o menos todo lo que quería contar, o al menos los recuerdos de aquel famoso CLUB JAS que a día de hoy tengo. Aquel verano de mis 15 años , bailando y disfrutando mucho con aquel local , con aquellos amigos y particularmente de forma totalmente sana  e inocente. Por cierto,  me queda la duda a día de hoy , de si pude entrar con aquella edad porque mis amigos y hermanos eran mayores e iba con ellos, o porque se podía entrar a partir de los 15. Lo único que sé es que aquel verano me hicieron mi tarjeta de socio, pagué los dineros pertinentes y fue uno de los veranos de los  cuales  guardo inmejorables recuerdos.

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