EL VERANO
Hasta ahora mis veranos eran diferentes. Era el tiempo de trabajo, mientras los demás disfrutaban de sus vacaciones. Este año la crisis también se dejó notar, y por primera vez en muchos años, tengo todo el verano para descansar y disfrutar de una forma distinta. Se acabó el trabajo por orden ministerial, y mi complemento salarial para el resto del año. Y yo no tengo paro, no señores , ni podré cobrarlo. Pero aún así dicen que debo sentirme afortunada, porque dentro de mi familia aún hay alguien que trabaja. ¡Qué gran verguenza!. ¡ Qué gran dignidad e independencia me confieren tener un compañero que trabaja y unos hijos que estudian !. Pero ¿y yo, dónde queda mi autoestima, mi seguridad, mi realización personal...?. Toda mi juventud casi tirada preparándome y estudiando, para ahora en la madured no tener nada, ni siquiera visos de poder trabajar. ¡Que verguenza de país, de dirigentes, y de injusticias!. Vivan los banqueros y viva el capital, los demás poco importamos. Los ciudadanos, la cosa pública, los derechos parecen que se perdieron, o nos los robaron también.
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